Sigo aquí
Sigo aquí, viviendo.
Te sigo recordando.
No es como si eligiera recordarte, es que... no es fácil olvidar. Alguien que formó parte de toda mi vida adulta... no se va a borrar en un año ni en dos.
Espero... que estés bien. Sé que tal vez hoy no lo estás, pero deseo... que lo estés, eventualmente.
La verdad es que no tengo la intención de que ni vos ni nadie vea nunca esto. Cuando lo busco en google no puedo encontrar ni mi propio blog, y eso está bien. Eso es lo que quiero. Así sé que probablemente nunca lo encontrarás.
A diferencia tuya... que yo sé encontrar tu blog. Dijiste que cambiarías tu nick, tu nombre en línea, pero no lo hiciste. Yo... aún puedo encontrarte. Aún puedo enterarme de las canciones que publicas aparentemente dirigidas a mí o más probablemente a mi memoria.
Yo necesito dejar de mirar, dejar de buscarte. Me cuesta... pero lo estoy consiguiendo, poco a poco. Cada vez te busco menos. Pronto conseguiré la racha de 3 meses sin escribirte ni buscarte en absoluto.
Tantas veces dijiste que no me escribiste primero para "no molestarme" para no interrumpir mi sanación... pero no lo creo. Hoy no lo creo. Porque no cortaste los canales de comunicación, yo lo hice. No cerraste las puertas detrás tuyo, no te borraste del mapa, yo lo tuve que hacer por vos.
Como antes, yo tuve que hacer las cosas... por los dos, pero las tuve que hacer yo. Todo lo gestioné yo... Una vez más, vos sólo pusiste tu presencia, tu "si", tu "estoy de acuerdo" mientras era yo quien tenía que ensuciarse las manos y realmente gestionarlo todo...
Hoy ya no me pesa.
Cada día voy descubriendo nuevas herramientas que me asisten en mi aventura de olvidarte. Cada día me conozco más y me entiendo más. Cada vez que te recuerdo, te voy viendo bajo otra luz. Una luz gastada, vieja, que va quedando en el olvido como una imagen nublada de una cinta de videocasette viejo.
Va perdiendo color, glamour, sonido. Va perdiendo... sensaciones. Emociones. Va perdiendo el "sabor" de aquel momento. Va perdiéndolo todo. Por fin. Para alinearse con la realidad: todo ya está perdido.
Agradezco que así sea.
Luego de un punto... no volví a arrepentirme ni una sola vez de que se haya terminado, si acaso he pensado que ojalá se hubiera terminado antes.
No guardo rencor. No guardo recelo. Y estoy lavando de mi alma las últimas huellas de nostalgia que quedaban.
Ya no siento nada por vos.
Ni bueno, ni malo, ni bronca ni resentimiento, ni extrañarte o llorar, ni cariño ni odio, nada. Lo único que "siento" por vos ahora es la más completa indiferencia.
Fuiste todo y hasta más que todo en mi universo personal.
Hoy... sos menos que nada.
Poco a poco empiezo a verte como a las otras personas que pasaron fugazmente por mi vida. Poco a poco empiezo a olvidar, realmente olvidar, tus chistes, tus frases, tus actitudes, tus palabras... finalmente me estoy librando de tus prejuicios y de los condicionamientos mentales que me habías provocado y me censuraban y restringían mi libre existir. Hoy ya no están. Quizás quede algún vestigio... pero sé que antes de que termine este año, probablemente, se van a terminar de borrar por completo.
Vos. Vos te vas a terminar de borrar por completo.
Ya pasó mas de un año... ahora, cuando pienso en esta misma época el año pasado, ya no estabas ahí.
Entonces, en la diaria y en el uso práctico de mi memoria más reciente, no estás. No molestas. No irrumpis en mi mente ni me jodes la existencia.
Y soy feliz.
Si supieras... cuán feliz soy ahora...
Cuánto agradezco mi vida, con todo lo bueno o malo que tiene, cuánto sonrío a diario, si supieras de la hermosa y maravillosa relación sin precedentes que mantengo conmigo misma... si supieras lo felices que son incluso los conejos, como juegan y andan y viven su vida... tienen toda una vida ahora ellos, ya no son parte del empapelado como antes, marchitándose mientras el tiempo solamente pasa a través de ellos como era antes, como era tambien conmigo. No, ahora ellos tienen toda una vida... y yo también.
Y me tengo paciencia, y me exijo. Y me doy mimos y me regaño cuando toca. Y me acompaño... en las buenas, en las malas, en las tristes y las felices, en las frustrantes y en las que dan miedo, en todas, me acompaño. Siempre estoy ahí para mi.
Y cuando necesito ayuda... la tengo. Tengo seres de amor que también me acompañan. Y me dan el amor incondicional y gigante que no me supiste dar. Y me enseñan, de hecho, lo que es realmente amar... querer, cuidar, proteger sin asfixiar, dar espacio sin abandonar, respetar sin frialdad y abrazar... estar presente... sin descuidar su propia vida.
Descubrí muchas cosas después de vos.
Me sorprende que hoy ya no me importes. La indiferencia real y total... es una sención de lo más extraña. Y sentirla hacia vos... impensable totalmente.
Sin embargo, así es. Y me da la más inmensa paz.
Aras.