Hijos del Rigor
Es increíble pero eso de “somos hijos del rigor” suele cumplirse con mucha frecuencia…
Más de la que me gustaría admitir o más bien, experimentar…
Es una pena que necesite sentir la presión inminente de “si no hago esto ahora me muero” para poder, finalmente, ponerme a trabajar en serio…
Y no es que no lo haya intentado, lo intenté todo el mes, todos los dos meses… pero hasta que no estoy en el horno…
O no? Y si en realidad no es eso? Y si sólo es una coincidencia, pero lo que realmente me está permitiendo enfocarme ahora es… tener lo otro resuelto?
Porque puede ser eso tambien, lo pensé el otro día: es como un switch. Ahora que temas personales están ya cubiertos… ahora que sé que tengo lo que necesito y que no estoy sola en esto, ahora que… me siento encaminada, me siento en mi lugar en el mundo, ahora que tengo una familia por elección y que vuelvo a tener calidez humana… ahora que la vida vale un poco más la pena, que tengo razones para estar descansada y procurarme tiempo libre, tener mi casa limpia y ropa presentable… ahora me dan ganas. Ahora me entra el bichito de la vida, del vivir.
Y con ese bichito… las ganas de trabajar. De tener éxito, de ir a por todo.
Ahora que siento apoyo real, que confío en mi misma y que tengo recursos y conocimientos… ahora que me conseguí el tiempo y los elementos, ahora que lo tengo todo… ahora si. Ahora si puedo, y quiero, y hago.
Porque ahora… ahora me entusiasmé. Ahora, libre al fin de todos los estigmas, todos los prejuicios, todos los juicios y todas las pelotudeces esas que me contaminaban, ahora que… me invitaron a vivir. De verdad vivir, formando a veces parte de las modas y tendencias, aceptando con calma y felicidad el “yo también quiero” aunque todos los hagan, liberándome de los prejuicios. El sumarme a las masas cuando algo me gusta, en lugar de pretender respingar la nariz y mirar con desaprobación los movimientos sociales… ahora que no sólo creen en mi si no que también me motivan con el ejemplo y me dan apoyo y seguimiento, ahora que confian plenamente en mi criterio y que me escuchan de verdad, ahora que… hay equipo.
Ahora si.
Y hoy, fijate como yo preferí trabajar en lugar de mirar animé. Fijate como sé muy bien que no hay a quien llorarle por dinero, y tengo que ser cuidadosa con lo que tengo. Ahora que estoy en la recta final… ahora la cosa se pone interesante. Y mi cabeza empieza a funcionar a mi favor.
Me esforcé por darle alimento a mi cuerpo, me esforcé por hacer ejercicios y volver al gimasio, me esforcé por tener una rutina limpia y desarrollar hábitos. Invertí en ropa para entrenar y en ropa para salir. Invertí en mi, en mi casa, en mi bienestar, en cursos y en herramientas informaticas. Invertí en vínculos de calidad.
Y ahora… que todo está en su lugar… ahora… me burbujean adentro las ganas de crear.
Llevo tanto tiempo fantaseando con que “yo también puedo hacer eso” que llegó el momento de comprobar si es verdad.
Llevo tanto tiempo reflexionando sobre mi relación con el dinero y alimentando en secreto y a fuego lento mi convicción en mi visión… yo sé que mi visión es real. Yo sé que voy a tener un negocio exitoso, puedo olerlo. SÉ que está ahi, al alcance de mis manos.
Sólo necesito redescubrir como lo hice. Cómo lo hago.
Redescubrir, si, porque ya lo sé. Mi yo del futuro ya sabe como lo hizo.
La única que no se acuerda soy yo. El tiempo es flexible y funciona de muchas maneras. El espacio-tiempo es relativo. Y el conocimiento que necesito hoy, ya lo tengo conmigo, está en mi ser. En otro tiempo, en otro espacio, pero es parte de mi.
Otra versión de mi en una realidad alterna ya está a full trabajando para cumplir con los estándares de calidad de mi negocio, que yo estoy hoy aún escribiendo y definiendo.
Yo sé todo esto. Pero la Yo del futuro se va a olvidar.
Por eso lo escribo. Para recordarte, cuando leas esto, que todo lo que necesitas hacer y saber… ya está dentro tuyo. Sólo tenés que conectar con la fuerza cuántica a la que todos estamos unidos y vas a poder visualizar el futuro. Visualizarlo, porque lo moldeas vos con tu propia intención y vision y, al mismo tiempo, lo vas descubriendo como si estubiera escrito.
Está escrito y sos quien lo escribe, y estas dos cosas (aparentemente imposibles o contradictorias) coexisten al mismo tiempo.
Recordá siempre tus palabras:
Vos podés.
Aras.