Escribir

 Escribir es infinito.


Escribir es escaso.


Hay veces en que no me alcanza el tiempo ni las palabras para lograr expresar todo lo que tengo adentro de la cabeza.

Hay veces que el toberllino de ideas es tal, que sólo me sale expresarlo en inglés.

Hay otras… en que las palabras sobran pero nunca alcanzan, en que nada me sirve y me siento una muda: incapaz de expresar una sola oración. Hay veces que los sentimientos y pensamientos son tan pero tan abstractos… que nada alcanza. Que no se pueden expresar.


Esos días desearía poder hacer que leyeran mi mente. Que pudieran ver, sin palabras, lo que tengo adentro… que pudieran sentir lo que siento, sin lugar a equivocaciones o malinterpretaciones…


Las interpretaciones…

Lo que interpretamos del mundo es sagrado: es nuestro universo personal. Las palabras son útiles y por algo existen tantos idiomas, pero… hay otro tipo de palabra. 


Hay un idioma personal que tenemos cada uno.


Hay personas para quienes “casa” es sinónimo de una chozita en el monte que le cubre del viento y la lluvia. Para otros, “casa” es una casita en planta baja en un barrio lindo y con un gran patio. Para algunos “casa” es un departamento en el centro, modesto, y para otros es un piso de lujo en el mejor edificio de la ciudad. Hay incluso aquellos para quienes “casa” es una mansión de varios pisos y para quienes “casa” ni siquiera es algo propio: es un bien intercambiable para generar dinero, un activo.


De este modo podemos entender… que no entendemos nada. Que mientras hablamos usamos las mismas palabras, pero no nos referimos necesariamente a las mismas cosas… para mí viajar en avión puede ser algo costoso o dificil de acceder mientras que para una azafata puede ser algo tan común y cotidiano que hasta raye en lo aburrido.

Cuando entendí todo esto por primera vez, cuando REALMENTE entendi esto… Descubri al mismo tiempo mi misión en esta vida.


Algo que yo llamé: “destilar el mensaje”


Destilar el mensaje se refiere a hacer las indagaciones y clarificaciones necesarias para asegurarme, tanto como sea posible, de que estamos hablando realmente de “lo mismo”. Es un proceso muy dificil y casi imposible de hacer, pero supe sin dudar de que esa era mi mision en el mundo: la comunicacion, conectar personas, entender, traducir el idioma personal de cada uno.


Sé que hay varias personas más en el mundo con esta misma misión, las he visto y escuchado, y las siento "mi tribu".


Desde entonces comencé una práctica que me gusta mucho: “coleccionar palabras” y me llamé a mi misma "coleccionista de palabras", ya que prestaba mucha atención a las palabras que las personas elegían para expresarse o expresar ciertas cosas y tomaba en cuenta cuales usaban y pensaba en el por qué. Llegué a un pensamiento guía que decia algo como “de todas las cosas que podría haberme dicho elegió esa, con esas palabras. Eso, lo sepa o no, es por algo”.


Y es que muchas veces tenemos motivos inconscientes para hablar de ciertos temas. Se activa la ley del espejo y terminamos, sin darnos cuenta, diciendole al otro aquello que nosotros mismo necesitabamos escuchar.


Los que son conscientes de la ley del espejo, como yo, suelen tomar nota mental de lo que estan diciendo porque, aunque al principio parece que le estan hablando al otro, sobre otro y para el otro, es muy probable que, en realidad, parte del mensaje este dirigido a sí mismos (a nivel inconsciente). Asique hablar con otros sirve para ayudarlos y tambien para ayudarme a mi mismo.


Por eso también es que cuando hablo de algo que me importa mucho, me esfuerzo por encontrar “la palabra exacta” para expresar lo que quiero. Y es por eso que cuando veo a otros usar determinada palabra para algo "me la guardo" y colecciono palabras, ampliando así no solo mi vocabulario en sí si no también mi uso del lenguaje.


Es ahí en donde viene el uso del inglés: el inglés tiene palabras muy específicas para expresar cosas concretas con total exactitud, que en el español o no se tienen o se tienen pero han perdido peso y efecto por el uso y el mal uso del lenguaje, en especial en mi país. Quizas es por eso también que tengo incluso ganas de aprender otros idiomas, cuando termine de aprender inglés.


Por todo eso y más, es que escribo.


Escribo para expresarme, para reflexionar, para practicar el uso del lenguaje y tambien… para vivir mi propósito. Porque, para mi, expresarse y ayudar a otros a hacerlo es tan vital como respirar.


Aras.

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